En el marco de la decimosexta cumbre anual de BRICS, celebrada estos días, el Ministerio de Finanzas junto al Banco Central de Rusia, presentaron el informe titulado “Mejora del Sistema Monetario y Financiero Internacional”. Este documento propone contrarrestar el dominio del dólar a través de un sistema multimoneda, que podría redefinir las reglas del comercio global.
El Privilegio de EE.UU. 
El sistema monetario y orden financiero que surgió tras la Segunda Guerra Mundial, y que se formalizó en la Conferencia de Bretton Woods, estableció al dólar como la divisa de reserva mundial. Esto ha otorgado a EE.UU. un poder inmenso: la capacidad de emitir la moneda en la que el mundo realiza la mayoría de sus transacciones comerciales. Mientras los países del Sur-Global deben exportar bienes y recursos para obtener dólares, EE.UU. puede simplemente “imprimir” más para sustentar su economía y cubrir sus enormes déficits.
Este privilegio exorbitante ha facilitado que EE.UU. acumule deuda a bajo coste, mientras que las regiones más vulnerables luchan por captar capital. Las naciones en desarrollo, particularmente en el Sur-Global, están atrapadas en un ciclo en el que transfieren riqueza a occidente, lo que amplía aún más la brecha entre ricos y pobres.
El Impacto de las Tasas de Interés en las Economías en Desarrollo 
Desde 2022, la Reserva Federal de EE.UU. y el Banco Central Europeo han aumentado sus tasas de interés para combatir la inflación en sus propios mercados. Este ajuste tiene un efecto dominó devastador en las economías emergentes. A medida que suben las tasas, las monedas locales se devalúan frente al dólar y el euro, lo que encarece el pago de sus deudas que han sido previamente fijadas en estas divisas. Esto pone estas economías en un dilema: aumentar también sus tasas de interés y frenar el crecimiento, o enfrentar el encarecimiento de sus deudas.
Lo paradójico es que EE.UU., a pesar de tener una deuda federal del 122% de su PIB, puede pedir préstamos a tasas más bajas que muchos de los países en desarrollo. Este desequilibrio, además de injusto, perpetúa la dependencia del Sur-Global hacia el dólar, el cual sigue siendo indispensable para la mayoría de las transacciones internacionales. BRICS busca acabar con este ciclo mediante la creación de infraestructuras alternativas que permitan a los países comerciar en sus propias monedas.
Un Sistema Diseñado para Perpetuar la Desigualdad 
El control del dólar por parte de EE.UU. no solo tiene implicaciones económicas, sino también políticas. A través de instituciones como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, EE.UU. impone sus condiciones en los préstamos y las directrices fiscales que deben adoptar las naciones más vulnerables. Esto refuerza un modelo donde los países del Sur-Global deben seguir obteniendo dólares para financiar sus necesidades básicas, mientras EE.UU. vende sus bonos del Tesoro a bajas tasas de interés.
El Camino hacia un Nuevo Equilibrio Global 
En este contexto, el reporte de BRICS adquiere una relevancia especial. Nuestro sistema financiero favorece desproporcionadamente a las naciones occidentales, con EE.UU. a la cabeza. La dependencia del dólar como moneda de reserva mundial perpetúa las desigualdades entre el Norte y el Sur globales. Sin embargo, el creciente descontento entre las economías emergentes ha impulsado a bloques como BRICS a buscar alternativas. La creación de un sistema multimoneda desafiaría el estatus del dólar y podría marcar el rumbo hacia un equilibrio financiero global más justo.
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